Esta Cruz de los Jóvenes tiene una preciosa historia, desde aquel día de 1984 en el que Juan Pablo II, que había querido que las celebraciones del Año Santo de la Redención estuvieran presididas por una gran Cruz de madera en la Basílica de San Pedro, la entregó a los Jóvenes para que la hicieran llegar a todos los lugares del mundo. “Queridos jóvenes, -dijo entonces el Santo Padre- al clausurar el Año Santo os confío el signo de este Año Jubilar: ¡la Cruz de Cristo! Llevadla por el mundo como signo del amor del Señor Jesús a la humanidad y anunciad a todos que sólo en Cristo muerto y resucitado hay salvación y redención”. Signo del amor del Señor Jesús, y anuncio de la salvación en Cristo, eso es la Cruz, decía el Papa a los jóvenes.
FD: PICAPICA
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