Me desperté por un ruido del exterior. No veía nada, estaba todo oscuro, no entraba ni un solo rayo de sol en la habitación. Iba dando pequeños pasos con los brazos extendidos para no chocarme. Poco a poco mis pupilas se fueron acostumbrando a la oscuridad, y veía algo, formas, algún color llamativo… pero no mucho más. No sabía dónde estaba, y tampoco recordaba que había pasado…
Al instante se encendió la luz. Se oyó algo. Anunciaban por megafonía que íbamos a 300km por hora, corrí la cortina, sí, estaba en un tren, rumbo a un lugar desconocido.
La habitación estaba ambientada en una tienda de chucherías. Todo estaba hecho de golosinas…tanto gominolas, como regalices o algodón de azúcar.
Era increíble, alucinante, no tenía palabras para expresarlo…Estaba emocionada, sorprendida, pero a la vez asustada.
Alguien me dio en mi hombro derecho, pero cuando me giré no había nadie, volví a mirar hacia delante y un tipo con ropa colorida estaba colgado del techo.
-¡Hola! Soy Picapica, el dueño de este tren. En cada vagón encontrarás una sorpresa nueva que recordarás para siempre, bueno, adiós.
Inspeccioné un poco más ese vagón, y pasé al siguiente, ese estaba ambientado en el espacio, el cielo, el universo. La lámpara era una luna, el picaporte de la puerta era una estrella, la cama un cometa, la mesa una nube... Era como estar en el espacio de verdad, navegando con tu nave espacial, para llegar hasta la luna.
Quería quedarme más tiempo, pero a la vez quería pasar de vagón para averiguar que maravilla se escondía tras esa puerta.
Me decidí y con la mano temblorosa abrí. Esta habitación estaba ambientada en la Navidad. Nevaba, había muñecos de nieve y un paragüero con miles de gorros de Papá Noel y coronas de los Reyes Magos. Representaba totalmente el espíritu de la Navidad, aunque estábamos en verano.
El megáfono anunció que iban a apagar la luz, y que nos tendríamos que ir a dormir.
Me di prisa y pasé al siguiente vagón. Estaba decorado a estilo “Halloween”, un escalofrío me recorrió la espalda, tenía miedo, no sabía que hacer, me di la vuelta para retroceder al vagón de la Navidad, pero algo me rozó y empecé a gritar.
Entró mi madre y me dijo que qué pasaba, que todo había sido una pesadilla. Pero también había sido un sueño. Nada era real.
FD:Chupachup
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